``Para ser arquitecto hace falta tener un sueño, ideales y la energía física para mantenerlo´´ Tadao Ando

jueves, 10 de junio de 2010

miércoles, 9 de junio de 2010

martes, 1 de junio de 2010

sábado, 29 de mayo de 2010

sábado, 15 de mayo de 2010

Complejidad y contradiccion

Para la comprensión de Venturi, se trata de hacer una metáfora con algunas de sus tesis mas importantes. Venturi habla de una dualidad que se da en todos los elementos. A pesar de la visión modernista, Venturi habla de la arquitectura para ser vivible, no visible. Se trata de algo cambiante, que nunca puede ser simple, y siempre tiene dos puntos de vista y de utilización.

“…Conocer es simplemente trabajar con la metáfora favorita de uno… porque la construcción de metáforas es el instinto fundamental del hombre…” Nietzsche


Con la metáfora hemos intentado que el significado de la obra arquitectónica no se agote en el simple mirar, como dice Steen Eiler Rasmussen en Expiriencing Architecture: “It is not enought to see architecture; you must experience it”. Mirar no es suficiente. Creemos que hay que asumir emocional y reflexivamente la experiencia del espacio organizado, la rítmica de las formas, los efectos de la claridad en la textura de los materiales etc. Para ganar la planicie de lo universal humano y de lo histórico en la dinámica de la totalidad, mas allá de la inmediatez cotidiana.

La realización de esta metáfora tiene como fin dar una cierta sencillez a algunos conceptos tratados en el libro, pueden describir objetos de menor escala, tales como un hilo y un fruto, igual que la casa Vanna los representa en su interior.

Venturi habla de la complejidad de la vida, y de cómo la arquitectura debe representarla. No vivimos en la simplicidad; sino en una variedad de funciones que han de ser resueltas por el edificio. La arquitectura de Mies solucionaba algunos de ellos, y obviaba otros, y es lo que Venturi no permite en sus edificios.

Esta complejidad, Venturi la expone mediante un gran número de conceptos, de los cuales nos centraremos en lo grande y lo pequeño; un elemento forma un todo, pero lo que realmente da sentido a la forma es su utilización, igual que en un hilo lo realmente utilitario es la partícula separada; en la arquitectura, la casa es lo grande, la vida la da el tabique. La menor escala es la que refleja la complejidad de la vida. Las escalas menores son las que definen la vida, la versatilidad de la casa, mientras que las formas puras y los elementos de gran escala, no son capaces de representarla.

Esta dualidad no sólo se entiende en la diferencia de escalas. Hay muchos otros conceptos capaces de definir una arquitectura como compleja, que en cualquier momento pueden convertirla en simple y viceversa:

Un fruto, es un elemento formalmente simple, una esfera, un cilindro, o incluso una forma no tan básica, que siendo compacta, representa esa simplicidad. Sin embargo, esa forma compacta y simple, tiene un sentido gracias a una planificación más compleja. Ya sea mediante los poros, como mediante un caparazón desechable, hacen de la simplificación formal inicial (la esfera), una complejidad capaz de funcionar.

Incluso en el momento de introducirse a su interior, se hace aún más compleja, ya que resulta que esos poros son para comunicar un interior con un exterior sin estar completamente abierto; otro concepto aparentemente obviado, sin el cual el elemento no tiene sentido.

De igual manera que los conceptos se van sucediendo en la metáfora, se van a dar en la casa Vanna. La simplicidad aparente de la fachada, casi simetrica, y que podría haber sido dibujada por un niño; es en realidad asimétrica gracias a las ventanas.

Además la vivienda queda realizada en varias secciones, en las que el elemento se abre hacia el exterior en una chimenea en un plano trasero, y se vuelve a cerrar en el siguiente plano en una cubierta inclinada en una tercera dirección. Este conjunto de cambios termina con la simplicidad aparente del alzado, y da una complejidad también visible en la planta: dentro de la simplicidad de un rectángulo (simplicidad inicial), se crean una serie de líneas que se entrecruzan, que dan una riqueza de espacios divididos, diagonales que direccionan los interiores, y curvas que engrandecen ciertos elementos tales como la entrada a la vivienda, o las escaleras al patio trasero.

Volviendo a nuestra visión metaforica, la recta y la curva también se dará tanto en el hilo, como en el fruto; igual que se dará el concepto de abierto y cerrado, que sin estar abierto el fruto, traspira por los poros; y el hilo estando cerrado en un ovillo, siempre quedan huecos entre medias.


Para elegir estas metáforas, se miraron varios elementos, hasta darnos cuenta de que los frutos (como elementos naturales), en general definen mejor que el hilo (como elemento artificial), todos los conceptos de Venturi. Esta deducción va a corde con lo captado del libro, una antítesis, y un trabajo en contra de la simplicidad, siempre que no vaya acompañada de una complejidad.
La naturaleza no era la arquitectura pero si el modelo desde el cual producir una arquitectura a corde con el hombre y con las tantas veces mencionada escala humana que se proponía como tarea para las nuevas edificaciones. Alvar Aalto, y Richard Neutra tenían una opinión similar a la de Venturi en este tema.


Además es esta escala natural la que mejor representa la complejidad humana, pero para la representación de esta escala, y todos los conceptos nombrados, Venturi no se queda en lo escrito; sino que con ello crea arquitectura, igual que nosotros de los conceptos creamos la maqueta.


La siguiente maqueta, habla de cómo todos los conceptos escritos en Complejidad y Contradiccion en la arquitectura, son convertidos en una realidad. Las ideas se convierten en formas, igual que la metáfora se convierte en realidad.
Se trata de un volumen, capaz de tener a una misma vez la compacidad de un cubo, y la apertura de los huecos de los hilos.


En un mismo cuerpo la recta, y la esfera; lo geométrico y lo orgánico; lo proyectivo de un hilo, con lo autoproyectivo de un gajo de fruta frente al paso del tiempo.


En un solo punto, lo grande de un hilo estirado, con el mas fino nervio de la mandarina, líneas iguales, pero de distinta manera.


En una sola forma, lo simetrico de un cubo con una esfera; asimetrado por el caos del hilo, asimetrado por el orden de la naturaleza.


En una sola pieza, la simplicidad de un cubo; con la complejidad de los hilos. La simplicidad de una esfera, con la complejidad de unos poros, de unos nervios.


En conclusión; juntando en un mismo paradigma: el rectángulo de la planta, con el tabique vivo, lo inerte de una maqueta, con el nervio vivo; lo artificial de un conjunto, con lo mas natural que existe.



Una mandarina, un hilo, y La Casa Vanna (Robert Venturi 1962.)



“Acepto la falta de lógica y proclamo la dualidad”